Otros importantes pensadores marxistas de países europeos que no siguen el marxismo leninismo, son Giorgy Lukács, eminente filósofo, historiador y literato húngaro. Su obra “El asalto a la razón”, ha ejercido una notable influencia; Antonio Gramsci, que murió en la cárcel de Mussolini, inspirador de la línea eurocomunista; Luis Althusser, que une estructuralismo y marxismo, Jean Paul Sartre en su segunda fase de La crítica de la Razón Dialéctica intenta una síntesis de marxismo y existencialismo, suavizando el colectivismo marxista con el individualismo existencialista.
Si valoramos la actualidad del pensamiento marxista, podríamos plantearnos lo siguiente:
La crisis en la que cayeron los países que adoptaron una economía política marxista que les obligó a abandonar este modelo nos puede hacer desconfiar si cambiar la competencia por la cooperación puede funcionar. Sin embargo, si analizamos las sociedades del siglo XXI vemos cómo se confirman las contradicciones que Marx veía en la propiedad privada. ¿Cómo es posible que las fuerzas productivas puedan producir tan barato? Los países occidentales están experimentando procesos de “deslocalización” porque las empresas buscan ser más competitivas. Las fuerzas productivas de los países emergentes son más competitivas que las occidentales porque no reconocen a sus empleados derechos y salarios equiparables a los europeos. De este modo, para que la dinámica del mercado funcione muchos trabajadores se ven obligados a renunciar a sus derechos para mejorar la productividad de la empresa y para conservar su trabajo. En este sentido, es evidente que nuestro modo de producción no beneficia a todos por igual.
La proyección del pensamiento de Marx ha sido enorme, tanto en el surgimiento de los sistemas socialistas o comunistas originados a partir de la revolución rusa, como en la aparición de corrientes ideológicas y filosóficas, que han generado movimientos sociales y culturales vigentes en la actualidad, como la escuela de Frankfurt.
La línea fundamental de aplicación política y social del marxismo, ha sido la soviética, es decir la de Lenin -marxismo leninismo-, a quien se ha considerado el más fiel y profundo intérprete de Marx y de Engels, por ser el primero en llevar a la realidad sus ideas. Marx había insistido en muchas ocasiones en que el marxismo no era una teoría especulativa, como afirma en la tesis XI sobre Feuerbach, “los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modo, de lo que se trata es de transformarlo”. El marxismo leninismo no sólo se ha aplicado en la Unión Soviética, sino también, con importantes transformaciones en China a través del pensamiento de Mao-Tsé-Tung, en Cuba a través de la revolución de Fidel Castro, y en los países asiáticos de Corea, Vietnam y Camboya. Después de la caída del muro de Berlín (1989), y la desmembración de la Unión Soviética, ha quedado como un partido político dentro del sistema democrático, con la excepción de Cuba y los países asiáticos, en los que se percibe un acercamiento a las democracias occidentales.
La primera generación de frankfurtianos además de sus fundadores son Erich Fromm, Massing, Wittfogel, Lowental, Walter Benjamín, Neumann, Kirscheimer, y, especialmente Herber Marcuse, que realiza una unión entre el marxismo y algunas ideas del psicoanálisis de Freud: el futuro de la revolución no está en el proletariado sino en la juventud. Su pensamiento cristalizó en la revolución juvenil de mayo de 1968. Sus obras principales son: Cultura y sociedad, Eros y civilización y El hombre unidimensional.
En la segunda generación de frankfurtianos el pensador más destacado es Jürgen Habermas. Sus obras más conocidas son Conocimiento e interés y Teoría y praxis; es un autor muy leído en la actualidad.
Tras la caída del muro de Berlín en 1989, y la desmembración de la Unión Soviética, parece que la influencia del marxismo ha decaído; no obstante su crítica al capitalismo y su afán revolucionario sigue siendo de plena actualidad.
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