marzo 18, 2014

VIGENCIA Y ACTUALIDAD DE LA ETICA KANTIANA


• Cuando Kant hace filosofía de la historia se pregunta si la humanidad va, efectivamente, hacia lo 
mejor (idea de progreso), es decir si tenemos derecho a esperar un mundo donde se haya disipado la 
guerra e instaurado la paz: conseguir ese utópico estado es un deber; para ello ha de ser necesario que 
se creen ciertas condiciones y son estas condiciones las que convierten a Kant en un filósofo de 
actualidad:
1. Que la constitución civil de cada Estado tiene que ser “republicana”, o sea, ha de ser 
representativa y basarse en la separación de poderes. Nadie dudará hoy en día de la importancia de 
que el régimen político sea el democrático, este hecho no hay que atribuírselo sólo al mérito de 
Kant, sino también al resto de los ilustrados, como es de justicia.
2. Que se forme una federación de estados libres ( Estado cosmopolita): La paz no es lo natural 
entre los hombres, sino una conquista de su voluntad consciente. Los hombres salieron del estado 
de naturaleza (“guerra de todos contra todos”) a través de un contrato (social) por el que 
renunciaron a hacerse la guerra entre ellos individualmente y someterse a un estado formado entre 
todos (Estado civilizado). Pues bien, los estados actuales viven en estado de guerra (estado de 
naturaleza) entre ellos, y es preciso, en consecuencia, que pasen a un estado civilizado a través de 
un nuevo contrato (esta vez, no entre individuos, sino entre Estados) por el que cada uno de ellos se 
sometería a leyes comunes, emanadas de esa especie de Estado Universal . El parecido con la 
Sociedad de Naciones o la actual ONU es muy grande.
3. Que se promulgue un derecho internacional (derecho cosmopolitico): se limitará a una 
“hospitalidad universal”, el derecho de los miembros de cada Estado a recorrer cualquier lugar del 
mundo sin ser considerado como enemigos (libertad de circulación de personas y bienes). Kant 
cree que “la violación de un derecho en un punto de la Tierra se hace sentir en todos”. Si todo esto 
lo comparamos con los intentos de instaurar un Tribunal Penal Internacional que juzgue, por 
ejemplo, crímenes de guerra llevados a cabo en cualquier lugar del mundo, pues vemos que la 
historia parece que va, bien es cierto que a trompicones, por los derroteros marcados por nuestro 
filósofo. Por otro lado, la circulación de bienes ya es un hecho (globalización) no así la libre 
circulación de personas.
• Por otro lado, y para terminar los intentos universalizadores de la ética kantiana tienen su parangón en 
la Declaración Universal de los derechos humanos: La dignidad del hombre por encima de todo, 
ningún hombre ha de ser tratado como un medio sino siempre como un fin, y esto es válido para todo 
ser racional.

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